domingo, 2 de noviembre de 2008

Calado canario: un arte de generación en generación





El calado es una de las actividades artesanales más importantes de las Islas Canarias. La labor del calado en canarias fue introducida por la población que arribó a las Islas Canarias tras la conquista. Algunos historiadores señalan que puede ser de origen portugués. Una vez en canarias, el calado, ha seguido su evolución propia, existiendo en la actualidad entre las islas gran variedad de modelos de labores de calado.






el trabajo del calado consiste en deshilar una pieza de tela logrando diversos y complicados dibujos sobre la trama de la misma; estos estos dibujos parecen inspirados muchas veces en la flora o en motivos arquitectónicos.






El calado es una de las labores artesanales con mas arraigo en Fuerteventura, existiendo una variedad propia de la isla, denominada Redondillo Majorero. Las caladoras majoreras realizan además una gran diversidad de labores al igual q en las otras islas.






Durante años los calados se exportaban a la peninsula ibérica y el trabajo de las caladoras significó una fuente de ingresos importantes para la economía familiar. Sin embargo la comercialización de estos productos decayó como consecuencia de la competencia ejercida por labores orientales, que imitan el calado canario y se comercializan a precios inferiores. Actualmente continuan trabajando algunas caladoras, a las que ocasionalmente se las puede ver a las puertas de su casa inclinadas sobre sus bastidores trabajando en una pieza de tela.






Para la confección de un calado se comienza cortando un trozo de tela, cuyas medidas estan en función de la pieza que se desee realizar: colcha, mantel, tapete, tapiz, centro, ropa, sábana, toalla, cojines, blusas, faldas pañuelos, delantales, cortinas, etc.






Seguidamente se procede al marcado que consiste en basicamente en extraer las hebras de los lados de la tela que quedan sin marcar, es decir, aquella que no se va a trabajar.



A continuación se acuartela la parte marcada de la tela, extrayendo tantas hebras como sea preciso para la ejecución del punto que se desee realizar, conformando un dibujo en el que se alternan huecos y hebras.






Concluida esta labor la pieza se une al telar cosiendola a la tela del mismo por los lados paralelos. Los otros dos lados se unen al telar mediante unos tirantes que van desde los extremos de la tela a los lados del telar.






Después de esta tarea se procede a tensar la tela, se coloca el telar sobre unas burras y se comienza la labor del Calado propiamente dicha.



Con la aguja y el hilo se van anudando y entrecruzando las hebras formando diversas figuras delicadas, que se conocen con los nombres de rehílo y flor, redondillo flor, galletas, judias, medregal, fino, redondillo majorero, etc.



2 comentarios:

maria dijo...

Gracias por darnos la oportunidad de conocer esos maravillosos trabajos de "calado canario." y tienen su rica tradición. Personalmente me fascinan y nunca había tenido la oportunidad de verlos... si conozco otros bordados canarios... tan ricos y llenos de matices...
Si me permites seré tu seguidora...
Un saludo

Montserrat dijo...

Me ha encantado tu blog. Los calados canarios una preciosidad.
Un beso
Montse